CAPÍTULO 5

CAPÍTULO 5


-¿Y que es un Zaap? ¿Dónde esta?- preguntó Andrew.
-Los Zaaps son unos arcos donde, introduciendo unas monedas en una pequeña ranura que hay en uno de sus lados, te permiten viajar a otros Zaaps que hayas guardado con anterioridad- explicó Bubbu.
-¿Y como puedo guardarlos?- preguntó el Sadida
-Pues basta que pases por dentro de ellos y ya los habrás guardado-.
-Pues muchas gracias señora Bubbupopo, voy ahora mismo a guardar el Zaap. Por cierto, ¿sabes usted como llegar al Kanojedo?, es que me he perdido y eso está justo al lado de mi casa-.
-El Kanojedo está un poco mas al Norte. Con ese collar tan interesante que llevas te podrás ubicar perfectamente-.

Andrew no la comprendió; pero después cayó en la cuenta de que su collar era una brújula.

-No te preocupes chico, yo también equipé ese Set. Mira, te regalo esta brújula para cuando uses otro amuleto y no te puedas ubicar tengas por donde ayudarte, y también un mapa del Mundo de los Doce, para que conozcas un poco de mundo, que te veo muy perdido, chico-.
-Muchas gracias señorita Bubbupopo- agradeció Andrew aceptando sus regalos.

Guardó el mapa y la brújula en su mochila y siguió su camino al Zaap. Cuando lo vió quedó paralizado. Decenas de personas aparecían y desaparecían al mismo tiempo al cruzar el arco.

Andrew se acercó y, como dijo Bubbu que tenía que hacer, lo cruzó. Un cosquilleo recorrió todo su cuerpo y se preguntó a sí mismo como había tantas cosas que él desconocía.

Siguió con su camino, guiado por su Amuleto del Joven Aventurero, y llegó a casa. Su madre estaba preparando unas delicias de Kralamar frito a las finas hierbas que estaban riquísimas. La ventaja de ser un Sadida es que uno puede proporcionarse sus propias hierbas y así ahorrarse un par de Kamas en ingredientes.

Era ya casi de noche. La saludó y le contó su experiencia con el Zaap. Su madre se alegró mucho, por fin empezaba a conocer mundo. Andrew vivía en, prácticamente, la capital del Mundo de los Doce y nunca había hecho nada interesante. Jazmín le dijo a su hijo que le gustaba ese amigo que tenia. No lo conocía, pero cuando Andrew estaba con él estaba más concentrado y todo el mundo le notaba mejor. Incluso sus Zarzas eran más fuertes.

Pensó en lo que ese mismo día había pasado. Fue decir Bonta y Sangui se puso muy nervioso. La verdad era que no le interesaba. Al fin y al cabo, pensó, eso no tenía que ver con él.